Distinguidas, elegantes y refinadas. La definición del buen gusto. Su forma, su naturaleza y su volumen influyen considerablemente en nuestras sensaciones. Hoy hablaremos de los tipos de copas de vino que podemos utilizar y es que, para saborear un buen vino, su elección es casi tan importante como la del contenido.
Encontramos en el mercado una amplia variedad de recipientes de diferentes estilos, tamaños, formas y tonos de vidrio.
Para potenciar el sabor de un vino, es necesario elegir la copa adecuada, por ello, mostramos algunas claves:
La copa ideal para cualquier tipo de bebida, debe ser de cristal liso y transparente, con el borde fino y ligero, con tallo alto y cuerpo largo para poder apreciar bien los aromas y texturas.
Entrando en materia de vinos, cada uno requiere una copa diferente:
- Copas de vino tinto: deben ser lo suficientemente grandes como para llenar sólo la tercera parte que es la cantidad perfecta para apreciar el vino. Entre las más comunes destacan:
- La copa Burdeos, cuya forma se asemeja a la de los tulipanes, de boca abierta, permite que los vinos reciban las oxidaciones necesarias.
- También, la copa Borgoña, es apta para los tintos, con forma más redonda y de mayor volumen, posibilita girar el vino con mayor soltura para que los aromas se liberen fácilmente y se oxigene el vino.
- Copas de vino blanco: estos recipientes son algo más estrechos y pequeños que los anteriores, además, tienen el pie más largo para evitar que al sostenerla el vino se caliente con el calor de la mano. Es indispensable llenarlas menos de la mitad para conservar el vino frío.
- Copas para vinos espumosos: son las más indicadas para los propios vinos espumosos, cava, champagne o prosecco.
- Encontramos en primer lugar la elegante Pompadour. Es una copa baja, de boca muy amplia que permite que la burbuja desaparezca muy rápido por lo que se propone para bebidas carbonatadas pues su diámetro deja escapar el gas, y evita mayor concentración de aromas. Se convirtió en la reina de las fiestas desde los años treinta hasta casi los setenta. Sin embargo, en los últimos años ha sido sustituida progresivamente por la copa tipo Flauta. Un dato anecdótico es que esta copa fue elaborada en porcelana a finales del siglo XVIII bajo encargo de María Antonieta, esposa del rey Luis XVI, tomando como modelo su seno izquierdo. Sin embargo, la leyenda cuenta que en realidad el seno fue el de Madame de Pompadour, la amante del rey, y por ello el nombre de la copa.
- La copa tipo Flauta, es una apuesta segura, de forma alargada y estrecha, permite mantener muy bien la espuma y la temperatura. Está diseñada para mantener las burbujas y reducir así el área de la superficie y la posibilidad de que el efecto carbonatado desaparezca.
- Por último, La copa Tulipa o Tulipán, tiene un diseño intermedio entre la Pompadour y la tipo Flauta. Con boca estrecha, para la concentración de aromas y evitar escape del efecto burbuja.