Cada año es diferente en el mundo de la viticultura. La influencia del tiempo nos marca mucho la calidad de los vinos, y sobre todo la longevidad de estos. Pero no todos los viñedos se ven influidos de la misma manera, al igual que dos persona pueden tener síntomas muchos más acentuados que otras con un simple catarro, o una picadura de avispa.
Más de 50 años elaborando y conociendo el terruño, más de 50 años conociendo cada una de nuestras cepas, al igual que un pastor conoce a todas y cada una de sus ovejas, nos permite elegir el mejor fruto de los mejores viñedos par elaboran grades vinos.
Así comienza la trayectoria de nuestro Valnuevo Selección, o como muchos llamáis cariñosamente, Tardencuba Valnuevo.
Después de elegir las mejores bayas de cada racimo, son introducidas en barricas de 300 litros abiertas por la parte superior donde tendrá lugar la mágica transformación del mosto en vino. Este trabajo lo hacemos minuciosamente a mano.
30 días después de ello y tras los continuos remontados (aquí lo llamamos “mejer la cuba”) el vino es trasegado, y con la barricas ya cerradas, lo introduciremos en ellas donde tendrá lugar la fermentación maloláctica y permanecerá en crianza el tiempo necesario, aproximadamente dos años, antes de ser embotellado. Un vez hecho esto las botellas permanecen en reposo uno o dos años antes de su comercialización.
Parece fácil. Los trasiego se hacen por gravedad. El vino no se filtra si se clarifica. Es embotellado a mano.
Este año hemos elaborado 1.500 botellas.
Es una ardua tarea, pero bonita a la vez, que nos recuerda como elaboraban nuestros antepasados y en muchos aspectos dan sentido al mundo del vino.
La verdad que conociendo este vino como lo conozco, más que nada, porque son mis manos las que lo elaboran, estoy impaciente por ver el vino terminado. Pero para eso tendrán que pasar 3 o 4 años. Entonces lo pienso y me digo «voy a disfrutar primero de las añadas anteriores.»
Estáis invitados a disfrutar conmigo.
Ramón Ramos