La localidad zamorana de Toro acoge, cada mes de octubre, la Fiesta de la vendimia. El protagonista indiscutible de la celebración es el vino de Toro, donde precisamente se encuentra el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro.
Tradicionalmente, los campesinos partían a la vendimia con sus carros y caballerías; permaneciendo en propiedades de los señores, cuevas o bodegas, hasta que la vendimia concluía.
Por ello, debían preparar todo el avituallamiento necesario para subsistir, durante las dos semanas que habitualmente duraba la recolección. Tras la jornada de trabajo, los labradores se reunían en torno al fuego y disfrutaban de un festival de música improvisado, que conseguían a base de tapaderas de pucheros, botellas de anís, junto a cánticos y bailes de los más osados.
Tras el fin de la vendimia, retornaban hacia sus hogares, portando en sus carros grandes cestos repletos de uvas.
El último carro transportaba El Ramo, símbolo de que la vendimia había llegado felizmente a su fin. Posteriormente se celebraba una gran fiesta en las que se cocinaba para la ocasión suculentos platos.
Este es el motivo por el se continúa celebrando la Fiesta, revivir el legado de los antepasados en torno a la Vendimia. La fiesta, data de 1972 cuando, coincidiendo con la época de la recolección, el Ayuntamiento decide organizar una serie de actos en torno al vino.
Entre los actos más significativos del festejo, destaca el Desfile de Carros. Participan cerca de media centena de carros antiguos, tirados por burros y decorados a la antigua usanza. Los hombres, ataviados para la ocasión, visten el traje tradicional del campo. Mientras que las mujeres aprovechan para lucir sus trajes regionales.
Del mismo modo que cuando acudían a la vendimia, en los carros también se aprecian los alimentos típicos habituales del campo: pan, torreznos, embutidos, tortilla y el afamado vino tinto de Toro.
La actividad se encuentra animada por la música y los bailes tradicionales de los grupos folclóricos de la zona, que se desplazan hasta la localidad.
El acto concluye en la Plaza Mayor, convertida en un hervidero de gente, reunida en torno a la fiesta y su producto estrella, el vino.