La botella es la forma que tienen las bodegas para presentar el vino a sus consumidores, un elemento realmente importante. Este envase se encuentra realizada generalmente de vidrio, su diseño y características producen que algunos vinos fermenten en la botella y otros sean embotellados tras su fermentación en cubas.
Pero antes del nacimiento de la convencional botella, el envasado vivió una evolución a lo largo de los años hasta conseguir el recipiente que conocemos en la actualidad. Nos trasladamos a la antigua Roma, donde el envase de vino brillaba por su ausencia y este era trasportado en la piel o “pellejo” de los animales. El objetivo final se cumplía, la piel se unía a la perfección para que el vino no se saliese por ningún recoveco pero existía un problema, las propiedades del vino se alteraban debido a los cambios de temperatura y a cambios bruscos de todo tipo. Actualmente habita en España la denominada “bota de vino”, en alusión a la piel utilizada como recipiente.
Los pellejos, toneles, ánforas, se verán sustituidos progresivamente por el cristal, que aunque su uso se remonta mucho tiempo antes, no existe constancia alguna de su empleo en la conservación del vino hasta el siglo XV. Con el cristal, transporte, el mantenimiento y las dificultades de conservación del vino se ven resueltas.
A día de hoy, la capacidad de una botella de vino se mide, como cualquier otro líquido, en litros o en otra medida de capacidad similar equivalente al litro.
El formato más habitual es el de 75 cl, excepto algunos tamaños especiales que se realizan con fines promocionales, o para servir en aviones, trenes, como obsequios en celebraciones… donde el ahorro de espacio es importante. Los formatos de mayor tamaño ofrecen distintos matices y son ideales para bares, restaurantes de rápida rotación y también pensados para los coleccionistas de vino.
Las botellas más conocidas son las que habitualmente se comercializan en los puntos de venta y en establecimientos gastronómicos, la media botella de 37,5 cl. y la botella 75 cl, pero cohabitan algunos tamaños más no tan conocidos:
Tabla en función de las capacidades y nombres de las botellas de vino.
- Botella de Tres Octavos (Media botella) 0,375 L. – 37,5 cl.
- Botella 0,750 L. – 75 cl.
- Magnum (dos botellas) 1,5 L. – 150 cl.
A partir de aquí aparecen formatos menos conocidos por su dificultad de transportar y comercializar como:
- Jeroboam (cuatro botellas) 3 L. – 300 cl.
- Rehoboam (seis botellas) 4,5 L. – 450 cl.
- Matusalem (ocho botellas) 6 L. – 600 cl.
- Salmanazar (doce botellas) 9 L. – 900 cl.
- Baltasar (dieciséis botellas) 12 L. – 1200 cl.
- Nabucodonosor (veinte botellas) 15 L. – 1500 cl.
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