Robert Parker, el emblemático crítico vinícola estadounidense, elaboró unas prestigiosas listas de los mejores vinos a partir de un sistema de puntos, de ahí que tras su trascendencia pasaran a denominarse Puntos Parker.
El sistema parte inicialmente de 50 puntos y puede ascender hasta 100, alcanzando la máxima categoría. El aumento de puntos se debe al aroma, el color, el paso en boca y la evolución del vino.
- El equipo de cata de Robert Parker concede a cualquier vino 50 puntos de partida.
- Tras el citado paso, el color y la apariencia puntúan con 5 puntos, aroma y bouquet con 15, paso en boca y postgusto con 20 puntos.
- Finalmente, el nivel de calidad global y el potencial de evolución futura y mejora se contabilizan con 10 puntos.
Tras el mencionado proceso, los vinos que se alcen con la máxima de 96 a 100 puntos se calificarán como excepcionales en la lista de vinos Robert Parker.
Si los vinos se quedan entre 90-95 se les impondrá un excelente. Entre 80 y 89 recibirán el apelativo de bueno a muy bueno y de 70 a 79 el de bueno. Si un vino obtiene entre 60 y 69 puntos es una bebida deficiente y si recibe entre 50 y 59 puntos será un vino inaceptable.
Como dato simbólico, algunos vinos tradicionales han cambiado de estilo y han pasado a realizarse teniendo en cuenta los gustos de Parker, denominándolos por consiguiente “Vinos Parkerizados”. El pretexto que tienen los productores vinícolas, en su mayoría del mercado estadounidense, es conseguir la máxima puntuación en la lista y por ello, se adaptan a las preferencias del crítico. Entre los productores españoles, una buena puntuación en la lista de Parker garantiza una buena carta de presentación a la hora de introducir el vino en el mercado exterior.