El vino
mueve la primavera,
crece como una planta la alegría,
caen muros,
peñascos,
se cierran los abismos,
nace el canto.
(P. Neruda)
Neruda reflejó su pasión por el vino a través de la oda que dedicó a este producto, y no es para menos, el vino español es una de las bebidas más laureadas tanto a nivel nacional como internacional.
Reconocidos críticos, revistas especializadas e incluso empresas importadores y exportadoras reconocen la excelente calidad de nuestro vino, tan solo basta con recordar el hecho de que el crítico de vino estadounidense Robert M. Parker visite España varias veces al año para catar y puntuar los vinos de las diferentes Denominaciones de Origen, situándolas al mismo nivel que regiones como Burdeos, California o Ródano.
A su vez, España es el país líder en cuanto a superficie dedicada a viñedo, con más de 950.000 hectáreas, repartidas por las 17 Comunidades Autónomas del país, aunque Castilla-La Mancha sobresale de forma notable debido a que concentra el 48,5% del total.
En los mismos, se pueden apreciar abundantes variedades nativas de uva española, más de 600 se encuentran plantadas por todo el país, aunque aproximadamente el 80% del vino producido en el país se elabora con tan sólo 20 variedades, entre las que destacan el Tempranillo, Albariño, Garnacha, Airén, Macabeo, Xarel·lo, Cariñena o Monastrell, entre otras.
Las 69 Denominaciones de Origen repartidas por la geografía española atestiguan otro símbolo de calidad del vino español, algunas de ellas son las célebres Rioja, Ribera del Duero o Toro.
Sin duda, la excelente relación calidad-precio es el arma fundamental para que los mercados sigan apostando por el vino español, cada vez de mayor calidad y manteniendo la competitivad en los precios.