26/05/2015 ToroWine

Vinos dulces

Los vinos dulces son aquellos que, debido a la elevada riqueza en azúcares de los mostos, permanecen dulces de forma natural, debido a que la levadura no tiene capacidad para transformar todo el azúcar existente.

Los vinos dulces podemos dividirlos dentro de dos grandes grupos:

  • Vinos naturalmente dulces
  • Vinos dulces naturales

Puede parecer una clasificación surrealista, pero es muy importante conocerla, pues sus elaboraciones son diferentes. Aunque todos ellos deben contener al menos 50 gramos por litro de azúcar residual, para ser considerados dulces.

Vinos naturalmente dulces

Para conseguir este tipo de vinos, es fundamental tener una materia prima con una alta concentración de azúcares. Por tanto, el objetivo es conseguir altas concentraciones de azúcar en el mosto y a partir de ahí, formar diferentes estilos de vino.

Vinos dulces naturales

En estos vinos la fermentación se interrumpe debido al encabezamiento de los vinos (mediante la adición de alcohol vínico), de este modo se aumenta la concentración de alcohol y se paraliza la fermentación, permaneciendo azúcar residual.

Dentro de esta categoría encontramos a vinos dulces como el Moscatel o los Mistelas.

Voltaire decía que: “los vinos dulces están hechos para meditar las cosas buenas de la vida”. El resultado son vinos con una fuerte personalidad y un destino específico como acompañantes de los postres, como colofón de las comidas o para consumir entre horas. Ideales para acompañar a dulces, elaborados sobre todo a base de miel, huevos y almendras, también aptos para turrones y yemas, crepes, hojaldres o flanes.

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